En medio de la creciente tensión política en el país, se asegura que el Gobierno ha entrado en una «fase de agitación», buscando aumentar la polarización de manera «desesperada». Esta estrategia se interpreta como un intento por consolidar el apoyo de sus bases, mientras enfrenta un entorno político y social cada vez más dividido. Analistas señalan que este enfoque podría intensificar los conflictos políticos y sociales, provocando una mayor división entre los principales sectores del país.
El aumento de la polarización es visto por la oposición como una táctica para desviar la atención de los problemas internos y económicos. Este escenario ha llevado a líderes opositores a intensificar sus críticas, advirtiendo del riesgo que conlleva esta estrategia para la estabilidad política y social. Se espera que en las próximas semanas, las acciones del Gobierno continúen siendo escrutadas de cerca, en un clima donde el diálogo parece cada vez más lejano y los ciudadanos observan con preocupación el rumbo del país.
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