La crisis que atraviesa el PSOE ha escalado en los últimos días tras el escándalo de corrupción que involucra a figuras clave del partido, como Santos Cerdán y José Luis Ábalos, históricos colaboradores del presidente Pedro Sánchez. La situación ha generado un clima de tensión y preocupación entre los militantes, quienes, según la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, se sienten «asustados» ante la gravedad de la trama delictiva que ha afectado a la imagen del partido. Morant enfatizó la indignación interna, incluso condenando actitudes machistas relacionadas con el caso, y defendió la verdadera esencia del PSOE como un partido que representa la dignidad y el esfuerzo de sus miembros.
Mientras tanto, Pedro Sánchez se mantiene en Moncloa, donde ha cancelado su agenda para abordar la crisis. Aunque han surgido rumores sobre una posible dimisión, el presidente parece decidido a continuar en el cargo, recabando opiniones de líderes autonómicos y socios de gobierno. Se espera que Sánchez proponga cambios significativos en la estructura del partido durante el próximo Comité Federal y anuncie medidas de regeneración democrática en su comparecencia en el Congreso. Adicionalmente, el presidente enfrenta desafíos internacionales, como la presión de la OTAN para aumentar la inversión en defensa al 5% del PIB, lo que ha complicado aún más su situación política.
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