En el marco del 41 Congreso Federal del PSOE en Sevilla, Pedro Sánchez ha reafirmado su liderazgo al optar por la continuidad en los puestos clave de la dirección del partido. Decisiones destacadas del congreso incluyen mantener a Santos Cerdán como secretario de Organización y a María Jesús Montero como vicesecretaria general. La elección de Cerdán ha causado cierta controversia, dado que enfrenta acusaciones de corrupción vinculadas al caso Koldo, aunque él niega rotundamente las acusaciones, tildadas de calumnias por el PSOE y atribuidas a una campaña de desprestigio impulsada por sectores de la derecha. Esta continuidad en los cargos indica la estrategia de Sánchez de seguir apostando por líderes con experiencia en la gestión interna del partido y en las negociaciones para lograr la estabilidad del Gobierno de coalición, especialmente en ámbitos sensibles como el diálogo con el independentismo catalán.
En paralelo, María Jesús Montero, quien también mantiene su cargo relevante en la cúpula socialista, desempeña un papel crucial en las conversaciones con los socios de Gobierno, centrándose en asegurar apoyo a los presupuestos generales para el próximo año, tras haber superado los obstáculos para aprobar el conocido «paquete fiscal». Esta muestra de continuidad se percibe como un esfuerzo del PSOE por alcanzar una cohesión interna robusta que le permita enfrentar los desafíos legislativos que se avecinan. El congreso, que culminará este domingo, decidirá los nombramientos propuestos por Pedro Sánchez para los órganos federales del partido, y constituye un paso importante para consolidar las estrategias políticas del liderazgo socialista en medio de un clima político marcado por la tensión y la negociación constante.
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