En el reciente Congreso Federal del PSOE, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha depositado plena confianza en su equipo directivo, ratificando a María Jesús Montero y Santos Cerdán en los puestos clave de la Ejecutiva del partido. La decisión refleja una apuesta por la estabilidad en medio de un clima político agitado y tras las controversiales acusaciones vertidas contra Cerdán. Víctor de Aldama, presunto implicado en el caso Koldo, señaló que Cerdán había recibido un sobre con 15,000 euros, acusaciones que Cerdán ha desmentido rotundamente, calificándolas de infundadas y parte de una «cacería humana» contra el PSOE. Este movimiento refuerza la posición de Cerdán como secretario de Organización, clave en las inminentes etapas de negociación y en las luchas internas por los liderazgos territoriales.
Por su parte, María Jesús Montero se mantiene firme en el segundo puesto del PSOE y en su papel como vicepresidenta del Gobierno, a pesar de las especulaciones sobre su posible sustitución. Aunque Montero no fue directamente señalada por Aldama en las acusaciones, sí se mencionó a su jefe de Gabinete, Carlos Moreno, quien también niega haber recibido 25,000 euros. Las decisiones tomadas en este congreso también han implicado continuismo en otras áreas del partido, como la permanencia de Esther Peña en la Portavocía. No obstante, hay novedades con la incorporación de Pilar Bernabé, quien asumirá la Secretaría de Igualdad, marcando su relevancia tras su reciente gestión de crisis en la Comunidad Valenciana. El panorama del PSOE, por tanto, se perfila con una mezcla de continuidad en su liderazgo y la incorporación de nuevas figuras en su estructura organizativa.
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