En las elecciones generales de 2019, el programa electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) incluía un reconocimiento explícito al derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental, un territorio que fue una excolonia española. Esta postura reflejaba la continuidad de una política histórica hacia el Sáhara Occidental, basado en el respeto a las resoluciones de las Naciones Unidas que abogan por un referéndum de autodeterminación. En su documentación electoral, el PSOE reiteraba su compromiso con el impulso de una solución pacífica y justa para el conflicto, alineándose con la defensa de los derechos internacionales y los deseos del pueblo saharaui. Este enfoque buscaba diferenciarse de otras formaciones políticas españolas, posicionándose como favorable al mantenimiento de la posición tradicional de España en este complicado asunto internacional.
Sin embargo, la postura del PSOE sobre el Sáhara Occidental ha sido objeto de escrutinio y debate tanto a nivel nacional como internacional. Las alianzas estratégicas y las relaciones diplomáticas de España con Marruecos, que considera al Sáhara Occidental como parte de su territorio, complican la postura del gobierno español. Esta complejidad ha llevado a un delicado equilibrio entre el respeto a los compromisos internacionales y las realidades geopolíticas. La cuestión saharaui sigue siendo un tema sensible y de gran trascendencia en la política exterior de España, reflejando la tensión entre los ideales proclamados en documentos electorales y las dinámicas del escenario internacional.
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