El jefe del Ejecutivo ha declarado públicamente que la derecha está tratando de vincularlo con una persona con la que asegura no haber tenido relación alguna, en un intento por desacreditar su figura. Estas declaraciones surgen en el contexto de una creciente presión política, donde los adversarios buscan intensificar el escrutinio sobre sus relaciones personales y profesionales para socavar su posición. El líder gubernamental ha calificado estos esfuerzos como desesperados y ha instado a sus opositores a centrarse en cuestiones de política y gestión pública, en lugar de recurrir a ataques personales sin fundamento.
Esta situación se inserta en un marco político ya polarizado, donde las estrategias de confrontación han ganado protagonismo en los discursos partidarios. El jefe del Ejecutivo enfatiza que las acusaciones carecen de pruebas y las atribuye a una maniobra política que intenta desviar la atención de los asuntos relevantes que enfrenta el país. En respuesta a estos ataques, ha reafirmado su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, subrayando que seguirá enfocándose en las prioridades nacionales y en el bienestar de los ciudadanos, a pesar de lo que califica como tácticas de distracción por parte de la oposición.
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