El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha enviado una carta al secretario general de la OTAN en la que rechaza el compromiso de destinar el 5% del PIB a defensa, tal como se había propuesto en reciente cumbre de la Alianza. Esta decisión ha generado un notable desacuerdo con otros países miembros, que consideran esencial incrementar el gasto militar ante el actual panorama geopolítico. Según fuentes gubernamentales, Sánchez justifica su negativa argumentando la necesidad de priorizar otros sectores críticos de la economía española que también requieren financiación urgente.
La postura de Sánchez ha desatado un choque diplomático dentro de la OTAN, con varios aliados mostrando su preocupación por la falta de consenso. Algunos líderes han expresado su descontento al considerar que el incumplimiento podría debilitar la posición conjunta de la Alianza frente a desafíos internacionales. En España, la decisión ha avivado el debate interno sobre las prioridades presupuestarias del Gobierno, dividiendo opiniones entre quienes apoyan un reforzamiento de la defensa y quienes abogan por una redistribución más amplia de los recursos hacia sectores sociales.
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