España cerró 2023 con un déficit del 3,6% del PIB, superando el límite permitido por las reglas fiscales de la UE. La Comisión Europea, sin embargo, no abrirá un expediente contra el país debido a las previsiones de reducción del déficit. Pide al Gobierno español un plan fiscal a medio plazo que incluya reformas impositivas, mientras que el Ejecutivo ha optado por reducir el IVA de ciertos productos, como el aceite de oliva. A esta medida se suma la reducción del IVA en alimentos básicos debido al aumento de precios impulsado por la guerra en Ucrania y los costos energéticos. Bruselas también recomienda una reforma fiscal para incrementar ingresos y una mayor recaudación de impuestos medioambientales. En otoño, España deberá presentar un plan fiscal detallado para asegurar un déficit inferior al 3% de manera estructural.
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