El presidente de Estados Unidos ha lanzado una advertencia a España tras la negativa del presidente español, Pedro Sánchez, a comprometer al país a destinar el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) a Defensa. En una conversación que ha generado tensión diplomática, la administración estadounidense ha sugerido que la negativa podría tener repercusiones económicas significativas para España. Esta amenaza ha sido vista por analistas como una táctica de presión para alinear a los aliados de la OTAN con las expectativas de contribuciones de defensa, en un contexto global cada vez más complejo.
Mientras tanto, el gobierno español ha reafirmado su postura de priorizar el equilibrio presupuestario y las necesidades económicas internas sobre el aumento drástico del gasto en Defensa. Sánchez ha argumentado que, aunque España está comprometida con la seguridad internacional y el fortalecimiento de la OTAN, cualquier aumento significativo en los gastos de Defensa debe ser abordado con cuidado, asegurando que no se comprometan los sectores sociales esenciales. La situación ha generado un debate nacional sobre las prioridades del gasto público, mientras los mercados observan de cerca las posibles consecuencias económicas de esta disputa internacional.
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