El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, planea implementar medidas contra los medios de comunicación críticos en julio, bajo la premisa de un programa de «regeneración democrática». A pesar de que el Reglamento Europeo sobre Libertad de Medios de Comunicación, que entró en vigor y obliga a proteger a los periodistas de la censura e injerencia política, Sánchez pretende endurecer normas sobre el derecho al honor y la rectificación, en abierta contradicción con las directrices europeas. Además, el Reglamento insta a evitar la concentración de medios y a garantizar la transparencia y la independencia de los medios públicos, protegiendo a los periodistas y promoviendo una pluralidad de contenidos. Pese a todo, Sánchez afirma que su plan busca «acabar con la impunidad» de ciertos «pseudomedios» alineados con la ultraderecha.
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