En un reciente pronunciamiento, el presidente del Gobierno ha arremetido contra lo que considera una práctica extendida y dañina: la infamia y la acusación sin pruebas. Durante una conferencia de prensa, el mandatario enfatizó que tales acciones no pueden seguir sucediendo sin consecuencias y destacó la importancia de preservar la integridad y el respeto en el discurso público. Sin mencionar nombres específicos, el presidente hizo referencia al clima de desinformación y de acusaciones infundadas que, según él, erosionan la confianza en las instituciones democráticas y entorpecen el sano debate político.
El líder del Ejecutivo subrayó la necesidad de implementar medidas que desincentiven la difusión de dichas prácticas, dado el potencial daño que pueden causar tanto a nivel personal como institucional. En ese sentido, abogó por una revisión de los marcos legales vigentes para asegurar que las acusaciones sin sustento no queden impunes. La intervención del presidente se produce en un contexto en el que múltiples figuras públicas han expresado su preocupación por el impacto que la desinformación y las fake news tienen en la estabilidad política y social del país. Esta declaración representa un claro llamado a la responsabilidad mediática y al compromiso ético en el ejercicio de la libertad de expresión.
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