El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la inocencia de su esposa, Begoña Gómez, y su hermano, David Sánchez, tras las decisiones judiciales recientes que les involucran en casos de corrupción. Desde Nueva York, donde asistía a una agenda internacional, Sánchez expresó su firme creencia de que «si nos toca defender la verdad, pues la defenderemos». La situación se intensificó con la decisión del juez Juan Carlos Peinado de que Begoña Gómez sea juzgada por un jurado popular por malversación, mientras que la Audiencia Provincial de Badajoz desestimó el recurso de su hermano, quien enfrentará un juicio oral por prevaricación administrativa y tráfico de influencias.
Las declaraciones de Sánchez se produjeron en un contexto en el que se perciben tensiones legales y políticas, pues el magistrado Peinado también ha demandado al ministro del Interior y al ministro de Transportes por supuestas vulneraciones a su honor. Desde Moncloa, se ha señalado que las decisiones judiciales apuntan a una «persecución» hacia la familia del presidente. Además, Peinado programó una cita para concretar las imputaciones de Gómez y otros funcionarios, lo que intensificará el escrutinio público y político en torno a estos casos, mientras Sánchez responde a la oposición al señalar que la legitimidad de su cargo proviene del voto popular.
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