El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tachado de «inaceptable e inexplicable» la decisión de México de no invitar al rey Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, recientemente elegida presidenta del país. La mandataria mexicana justificó la exclusión como respuesta a la falta de reconocimiento por parte de España de los «agravios causados» durante la conquista y la colonización. Sánchez expresó su frustración y señaló que esta postura impide normalizar relaciones entre ambos países pese a sus gobiernos progresistas. Ante esta situación, el Gobierno español decidió no asistir al evento en ningún nivel, argumentando que la ausencia de Felipe VI se basa en un asunto que, según ellos, ya estaba cerrado.
Durante una rueda de prensa en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Sánchez lamentó que España y México no puedan tener «mejores relaciones políticas» debido a esta controversia, que considera motivada por «interés político». Subrayó que España tiene una posición de empatía y recordó la histórica gratitud hacia México por su apoyo durante la Guerra Civil española. A pesar de la tensión diplomática, miembros de Sumar como Gerardo Pisarello y Ada Colau, entre otros, han confirmado su asistencia a la ceremonia de toma de posesión de Sheinbaum, calificando de «error» la ausencia de representantes del Gobierno español en un acto considerado significativo para los progresistas.
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