Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, ha tenido una agenda cargada en Estados Unidos con su participación en la Asamblea General de la ONU, celebrada en Nueva York. Durante su estancia, Sánchez tuvo un encuentro con el canciller alemán, Olaf Scholz, ofreció un discurso ante la Asamblea, concedió una entrevista a CNN, y recibió un premio feminista de manos de la actriz Anne Hathaway. La visita llega en un momento delicado, con la política española atravesando turbulencias: su reciente negativa a declarar ante el juez en el caso que involucra a su esposa por presunta corrupción, y con el PSOE negociando contrarreloj en Suiza para arreglar sus relaciones con Junts. Además, el Congreso votará esta semana la senda fiscal, con pronósticos negativos sobre su aprobación.
Durante sus intervenciones en la ONU, Sánchez ha enfatizado la importancia de combatir la desinformación y ha firmado junto al presidente brasileño, Lula da Silva, una declaración para promover la participación juvenil en política. Ha aprovechado para lanzar un mensaje feminista y ha solicitado la elección de una mujer como futura secretaria general de la ONU. En temas económicos, Sánchez ha propuesto un impuesto global sobre las grandes fortunas y ha subrayado la necesidad de una «arquitectura financiera internacional» que permita enfrentar tanto la deuda como el cambio climático. Temas como Palestina y Ucrania también ocuparon un lugar destacado en su discurso, haciendo un llamado al respeto del Derecho Internacional.
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