El gobierno ha decidido implementar una serie de medidas anticorrupción con el objetivo de calmar las inquietudes de sus principales socios y aliados. Estas medidas se centrarán especialmente en las empresas, que han sido foco de múltiples críticas y señalamientos por prácticas poco transparentes. La estrategia busca reforzar el marco regulatorio para impulsar una mayor ética empresarial y asegurar que las compañías cumplan con estándares más rigurosos de transparencia y responsabilidad.
Este anuncio llega en un momento crítico, ya que el clima de desconfianza ha puesto en riesgo importantes acuerdos y colaboraciones estratégicas. Las medidas, que serán detalladas próximamente, incluyen la implementación de auditorías más estrictas y la creación de mecanismos que faciliten la denuncia de prácticas corruptas. Con esta iniciativa, el gobierno espera restaurar la confianza en el sector empresarial y consolidar relaciones con sus socios, promoviendo un entorno económico más justo y competitivo.
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