En medio de una creciente controversia política, el presidente ha reiterado su confianza en la «inocencia» de su esposa y su hermano, quienes se enfrentan a investigaciones por presunta implicación en actividades irregulares. Con un tono desafiante, ha señalado que «el mejor juez es el tiempo» y ha insistido en que eventualmente se demostrará la verdad sobre las acusaciones. La situación ha aumentado la presión sobre el gobierno, ya que opositores demandan mayor transparencia y justicia mientras el presidente se mantiene firme en defensa de sus familiares.
Paralelamente, el presidente ha minimizado las preocupaciones sobre la posibilidad de no aprobar unos Presupuestos durante toda la legislatura. En sus declaraciones, subrayó que no sería «el fin del mundo» si no se logra sacar adelante este crucial instrumento económico. Esta actitud ha despertado críticas de varios sectores políticos que argumentan que la falta de unos Presupuestos acordados podría perjudicar las finanzas públicas y la ejecución de políticas esenciales. Mientras tanto, el debate interno y externo sobre la estabilidad del gobierno sigue en aumento.
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