En su primer mensaje de Navidad como presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien encabeza un gobierno socialista, se dirigió a la población catalana desde el Palau de la Generalitat destacando la unidad y la fraternidad como valores esenciales ante los retos venideros en 2025. A pesar de no especificar las dificultades mencionadas en su alocución, Illa solicitó enfrentarlas dejando de lado discursos divisivos y de odio. Resaltó la importancia de unirse para reforzar los lazos entre Cataluña y Valencia, tras la tragedia de la DANA de octubre, y expresó su solidaridad en el contexto de las guerras en Gaza, Siria y Ucrania, abogando por la paz y el diálogo. Este discurso, lejos de los tintes políticos de sus predecesores, se presentó como una cordial felicitación navideña en que primaron los valores humanos universales como la paz y la fraternidad.
El cambio de formato y contenido en el discurso de Illa, al celebrarse el día de Sant Esteve en vez de fin de año, refleja un enfoque moderado e integrador por parte de su administración, en contraste con los discursos de años pasados centrados en la independencia catalana. El president evitó tocar temas de gran envergadura política como la negociación presupuestaria o la financiación singular pactada con ERC, eligiendo en su lugar centrarse en el llamamiento a la unidad entre familiares, vecinos y territorios. La decisión de mantener el discurso en el Palau de la Generalitat, a diferencia de sus predecesores que habían optado por distintos escenarios para su mensaje, subraya un retorno a una cierta institucionalidad mientras se busca reforzar la fraternidad y el esfuerzo conjunto como base para el progreso en Cataluña.
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