La gastronomía mexicana, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2010, es un vibrante mosaico donde historia, tradición y creatividad se entrelazan. Desde un sencillo desayuno con concha y café con leche, hasta la complejidad de un mole oaxaqueño, la cocina mexicana refleja la riqueza cultural del país. Este universo culinario, que mezcla lo tradicional con lo contemporáneo, se fundamenta en la calidad de sus ingredientes. Empresas como Carnation han desempeñado un papel crucial en el fortalecimiento de esta tradición, aportando productos como Carnation Clavel, que han estado presentes en los platos mexicanos desde 1940. La leche evaporada de la marca no solo ha mejorado recetas tradicionales, como una crema de elote, sino que también se ha adaptado a las tendencias actuales, participando en creaciones gastronómicas contemporáneas y la creciente escena de la mixología.
En este contexto dinámico, la temporalidad juega un rol esencial en la cocina mexicana, con ingredientes frescos que varían según la estación del año. Durante la primavera, los platillos frescos como el arroz con leche frío y el pay de limón cobran protagonismo, mientras que en invierno, la calidez de un champurrado o una sopa de haba, enriquecidos con un toque de Carnation Clavel, recalienta el corazón de las familias reunidas. Más allá de ser simplemente un ingrediente, Carnation Clavel es un catalizador que transforma platos ordinarios en experiencias memorables, simbolizando el compromiso y el cariño que se transmiten de generación en generación en la mesa mexicana.
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