Una reciente investigación ha utilizado una combinación innovadora de tecnología de punta y experiencia sensorial humana para desentrañar la evolución de las prácticas de embalsamamiento en el Antiguo Egipto. A través del uso de una nariz electrónica y la participación de olfateadores humanos, el estudio ha conseguido identificar los ingredientes específicos y el proceso en que eran utilizados para preservar los cuerpos. Este enfoque multidisciplinario ha permitido un análisis más profundo de los compuestos aromáticos y una mejor comprensión del papel crucial que desempeñaban en la momificación, proporcionando nuevas luces sobre los conocimientos avanzados de química y biología que poseían estas antiguas civilizaciones.
El equipo de investigadores ha destacado que el uso de la nariz electrónica, un dispositivo capaz de detectar y catalogar olores con gran precisión, combinado con las sensaciones y percepciones olfativas de expertos humanos, ha contribuido a recrear un perfil aromático detallado de los ungüentos y resinas utilizadas en el proceso de momificación. Estos hallazgos confirman que no solo se buscaba la conservación física del cuerpo, sino que también había una complejidad ritual y simbólica en el uso de los olores. Este enfoque no solo permite un recorrido por el pasado olfativo de la humanidad, sino que amplía las posibilidades de aplicación de la tecnología olfativa en campos tan diversos como la arqueología y la preservación cultural.
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