La aerolínea ha anunciado el cierre de sus operaciones en el aeropuerto de Asturias, así como una reducción del 10% de su actividad en otros aeropuertos de la denominada «España regional». Esta medida se enmarca en una estrategia de reestructuración que busca reubicar recursos en aeropuertos más grandes dentro de la red de Aena, con el objetivo de optimizar su eficiencia y rentabilidad. La decisión afectará a numerosas rutas y conexiones, generando preocupación entre los pasajeros habituales y las autoridades locales, quienes temen un impacto negativo en el turismo y la economía regional.
Esta redistribución de operaciones tendrá un efecto significativo en la conectividad de las regiones afectadas, mientras que los aeropuertos más grandes podrían beneficiarse del incremento de actividad y tráfico. Las autoridades regionales están evaluando el impacto económico de esta drástica medida, ya que podría implicar una menor afluencia de turistas y dificultar los desplazamientos de los residentes. El cambio refleja una tendencia en la industria aérea hacia la concentración de operaciones en aeropuertos principales, dejando en una situación vulnerable a las infraestructuras más pequeñas.
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