El noruego conquistó su decimotercer título en un emocionante encuentro que mantuvo a los espectadores al borde de sus asientos. El partido, caracterizado por su ritmo intenso y cambios en el marcador, finalizó con un marcador de 7-5, 3-6, 6-4. La victoria fue un reflejo del incansable esfuerzo y la habilidad táctica del campeón, quien supo adaptarse a las continuas variaciones del juego para imponer su estrategia y consolidarse como una fuerza dominante en el circuito.
Desde el primer set, se evidenció la combatividad de ambos competidores, ofreciendo un espectáculo lleno de energía y calidad técnica. A pesar de ceder el segundo set, el noruego recuperó el control del encuentro, demostrando su capacidad para superar desafíos y mantener la concentración bajo presión. Este triunfo no solo suma un título más a su carrera, sino que también refuerza su posición entre los mejores del tenis mundial, marcando un hito en su trayectoria profesional.
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