En un reciente informe, se ha asegurado que drones asociados con el gobierno de Vladimir Putin han sido avistados en varios países del este de Europa, incluyendo Rumanía, Letonia, Lituania y Estonia. Estas afirmaciones alimentan las tensiones en una región ya preocupada por la creciente influencia rusa. Expertos en seguridad advierten de las posibles implicaciones estratégicas que estos avistamientos podrían tener, sugiriendo una ampliación en la vigilancia y defensa aérea de dichos países para reforzar su soberanía y seguridad nacional.
Por otro lado, a raíz de estas revelaciones, se ha cuestionado la percepción de seguridad en las capitales europeas. Un portavoz ha declarado que «no es cierto» que Madrid sea indiscutiblemente más segura que las ciudades del este europeo, señalando que la amenaza de operaciones no convencionales se extiende a lo largo de todo el continente. Esta declaración sugiere que la seguridad debe ser reevaluada en un contexto más amplio, considerando las capacidades de vigilancia tecnológicas y las acciones geopolíticas en juego.
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