La reciente ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania en Estambul, mediada por Turquía, culminó con avances modestos después de más de una hora de diálogo. Las conversaciones, aunque productivas en el frente humanitario, no lograron consolidar un alto el fuego incondicional, algo que Kiev había propuesto anticipadamente. Ambas partes se han otorgado una semana para estudiar los documentos intercambiados al respecto. A pesar de la falta de consenso en este punto, se acordó un notable intercambio de prisioneros de guerra, priorizando a los heridos graves y soldados jóvenes. Además, se pactó el intercambio de 6.000 cuerpos de soldados fallecidos de ambos bandos. El tema de los niños ucranianos supuestamente deportados a Rusia también fue abordado, aunque con desacuerdos sobre las cifras y circunstancias del traslado.
Las complejidades de la tregua obstaculizan el camino hacia un acuerdo completo. Rusia ha condicionado el cese de hostilidades a la detención del suministro de armas occidentales a Ucrania, mientras exige la desmovilización de tropas ucranianas y el retiro del país de regiones ocupadas. Por su parte, Ucrania insiste en la participación de Estados Unidos y países europeos en las negociaciones, argumentando que su presencia es crucial para garantizar una paz duradera. Las conversaciones en Estambul fueron precedidas y seguidas por consultas de la delegación ucraniana con representantes de Alemania, Italia y el Reino Unido para alinear estrategias. Paralelamente, un audaz ataque ucraniano a bases aéreas rusas subrayó la urgencia de un alto el fuego, aunque ninguna de las partes confirmó si este incidente influyó directamente en las discusiones.
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