Rusia y Ucrania se reunieron en Estambul para entablar conversaciones directas después de más de tres años de tensiones continuas. A pesar de las expectativas, el resultado fue modesto, aunque se logró un acuerdo para intercambiar 2.000 prisioneros de guerra, siendo este el más significativo hasta la fecha. La mediación de Turquía, junto a la participación de representantes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania, proporcionó un terreno común para continuar las negociaciones sobre un posible alto el fuego. El intercambio de prisioneros representó un avance en un conflicto donde estos son uno de los pocos puntos en los que se ha logrado cierto consenso.
Sin embargo, persisten dudas sobre la sinceridad de Rusia respecto a las negociaciones, especialmente tras el envío de una delegación de menor rango liderada por Vladímir Medinski, lo que provocó el descontento de Ucrania y sus aliados. La reunión concluyó sin concretar un alto el fuego, ya que Moscú insiste en que Ucrania retire sus tropas de las provincias en disputa como condición para detener el conflicto. Aunque Ucrania ha expresado su deseo de una reunión entre sus presidentes, este encuentro sigue siendo incierto, ya que el presidente ruso, Vladímir Putin, muestra interés en un posible diálogo con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en lugar de con Volodímir Zelenski.
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