En un contexto de creciente aislamiento internacional por su programa de armas de destrucción masiva, Corea del Norte ha estrechado lazos con Rusia, recibiendo al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en Pyongyang. Este acercamiento no solo rompe el aislamiento norcoreano, sino que también refuerza el apoyo militar del Kremlin. Ambos países han firmado un tratado de defensa mutua, lo que representa un desafío para naciones vecinas como Corea del Sur, Japón y aliados como Estados Unidos. Lavrov ha defendido el arsenal nuclear de Corea del Norte como una decisión estratégica, criticando las respuestas militares de Occidente hacia Irán. Este acercamiento se produce en un escenario donde el Kremlin necesita urgentemente apoyo militar e infantería, viendo en Corea del Norte un aliado relevante.
Además de las conversaciones diplomáticas, la visita de Lavrov incluyó un recorrido por el recién inaugurado resort de lujo Wonsan Kalma, donde Kim Jong Un mostró el complejo capaz de alojar a más de 20,000 personas. Este desarrollo turístico, ubicado en la costa norcoreana, refleja un intento del régimen por contrarrestar las sanciones internacionales y atraer turismo, especialmente desde Rusia. Lavrov expresó su interés en que este destino sea popular entre los turistas rusos, quienes enfrentan restricciones de viaje en gran parte de Asia, Europa y América debido a las sanciones por la invasión de Ucrania. La conexión planificada por ferri entre Corea del Norte y la región oriental de Rusia podría fortalecer aún más este vínculo estratégico y económico.
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