Moscú ha anunciado que ya no se considera obligada por la «moratoria unilateral» que había adoptado tras su retirada en 2019 del tratado internacional que limita el armamento de misiles de alcance intermedio. Este desarrollo incrementa las tensiones internacionales, al tiempo que genera preocupaciones sobre una posible carrera armamentista. El tratado original, conocido como el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), había sido un pilar en la regulación del despliegue de misiles desde su establecimiento en 1987.
La decisión de Moscú refleja un cambio en su postura respecto a las restricciones que había acordado previamente, influida por la percepción de amenazas y el panorama geopolítico contemporáneo. Expertos en defensa advierten que la medida podría desencadenar reacciones en cadena en otros países, que podrían sentirse presionados a reevaluar sus propias políticas de defensa y armamento. Ante este contexto, la comunidad internacional enfrenta el reto de encontrar vías diplomáticas para gestionar las crecientes tensiones y evitar un resurgimiento de dinámicas adversas de la Guerra Fría.
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