En un intento por contrarrestar los ataques con drones ucranianos, el Kremlin ha implementado cortes intencionados de Internet y redes móviles en varias regiones del país durante este verano. Según el proyecto técnico ruso Na Svyazi, entre julio y agosto se registraron más de 2.000 apagones en las redes móviles, algunos de los cuales se prolongaron durante semanas.
Esta estrategia de bloqueo responde a la táctica de Ucrania de emplear drones guiados por señales móviles para atacar instalaciones militares rusas. De este modo, las autoridades locales han optado por cortar el acceso a Internet y a la telefonía móvil alrededor de bases aéreas y otras infraestructuras estratégicas para frenar la amenaza.
Los efectos de estas medidas en la población han sido significativos: cajeros y cajas registradoras inoperativos, sistemas de transporte paralizados, repartidores incapaces de localizar direcciones y la caída de servicios básicos en hospitales y administraciones públicas. «La guerra ha llegado finalmente a Rusia. Los drones están entrando y esta es la forma en la que intentan defenderse», señaló Mijaíl Klimarev, director del grupo exiliado Internet Protection Society.
El impacto económico de estos apagones digitales es devastador, sumándose a las sanciones internacionales que ya afectan al país. Según estimaciones de Internet Protection Society, una sola hora de apagón puede costar 46.400 millones de rublos (aproximadamente 557 millones de dólares), elevándose a 9.600 millones de rublos (115 millones de dólares) cuando ocurre en Moscú.
Además, estas interrupciones coinciden con la salida de proveedores internacionales como Ericsson y Nokia, tras la invasión de Ucrania. Moscú se ha visto obligado a acelerar la producción nacional de equipos de telecomunicaciones, aunque todavía enfrenta retos de capacidad y calidad tecnológica.
El aumento de los ataques con drones está relacionado con la Operación Spiderweb, una estrategia ucraniana que ha permitido introducir aeronaves no tripuladas en territorio ruso, golpeando varias bases aéreas estratégicas. Esto ha hecho que los cortes de Internet se conviertan en una medida común en regiones cerca de objetivos militares.
El clima de incertidumbre generado por estos apagones crea un reto para ciudadanos y empresas, revelando la compleja situación de Rusia frente a las nuevas tácticas de guerra tecnológica.
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