El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su profunda alarma y conmoción por el reciente ataque ruso con misiles en la ciudad ucraniana de Sumi, que resultó en la muerte de más de treinta personas, incluidos dos niños, y dejó a más de un centenar de heridos. Según un comunicado de Naciones Unidas, el ataque es parte de una serie devastadora de hostilidades similares en Ucrania que han causado graves daños a la infraestructura civil y un número significativo de víctimas entre la población. El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, subrayó que estos actos están prohibidos por el derecho internacional humanitario, instando a un cese inmediato de los ataques contra civiles y bienes de carácter civil.
El informe también señala el renovado llamado de Guterres para lograr un alto el fuego duradero en Ucrania y su respaldo a los esfuerzos internacionales dirigidos a establecer una paz justa y completa que respete la soberanía y la integridad territorial del país. Según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, el ataque en Sumi, ejecutado durante el Domingo de Ramos en una zona concurrida, involucró el uso del sistema de misiles Iskander-M/KN-23 por parte de las brigadas rusas desde las regiones de Vorónezh y Kursk. Este acto ocurre en medio de una ofensiva rusa en curso en las regiones de Sumi y Járkov, mientras Estados Unidos intenta mediar para lograr un alto el fuego, enfrentándose a la negativa de Moscú, que ha aceptado solamente treguas parciales que no se están cumpliendo en la práctica.
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