En una noche de tensión en Kiev, la alarma antiaérea reavivó el temor en la capital ucraniana cuando miles buscaron refugio en estaciones de metro debido a intensos bombardeos rusos. Los ataques, descritos como los más devastadores del año, incluían el lanzamiento de más de 400 drones y 40 misiles, marcando un nuevo récord en los enfrentamientos que han ensombrecido 2025. Las autoridades reportaron numerosos daños estructurales y víctimas, incluidas cuatro muertes en Kiev, entre ellas las de tres bomberos. Este bombardeo surge como respuesta a recientes operaciones ucranianas en territorio ruso, acciones que el Kremlin prometió castigar.
El presidente Volodímir Zelenski instó a la comunidad internacional, específicamente a Estados Unidos y Europa, a intensificar la presión sobre Rusia para frenar la escalada del conflicto. A pesar de los esfuerzos diplomáticos mediadores como Turquía, las condiciones propuestas por Moscú para un alto el fuego son vistas como inaceptables por Ucrania. Mientras las tensiones aumentan, las especulaciones sobre posibles operaciones rusas de mayor envergadura persisten, especialmente tras el uso previo del misil balístico hipersónico Oréshnik. En medio de la persistente violencia, se prevé un intercambio de prisioneros este fin de semana, un gesto de humanidad en una situación que continúa deteriorándose.
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