En una jornada marcada por el simbolismo navideño, Rusia ha intensificado su ofensiva militar contra Ucrania a través de un ataque combinado utilizando misiles y drones. Según reportes del gobierno ucraniano, la ofensiva tuvo como objetivo varias ciudades estratégicas, causando destrucción en infraestructura civil y aumentando la tensión en la región. Las defensas aéreas de Ucrania han estado trabajando para interceptar los proyectiles, aunque varios impactos han sido confirmados. La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de esta nueva agresión, mientras organizaciones humanitarias alertan sobre las posibles consecuencias para la población civil en medio de las celebraciones navideñas.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha condenado el ataque, subrayando que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha elegido deliberadamente el día de Navidad para llevar a cabo esta ofensiva, en un acto que ha calificado como una «provocación calculada» contra los valores y tradiciones de paz. En un mensaje dirigido a la nación y al mundo, Zelenski instó a la resistencia y unidad del pueblo ucraniano y solicitó un aumento de la presión internacional sobre Rusia. Mientras tanto, las campanas de alarma resuenan en el seno de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales, que han manifestado su intención de discutir posibles acciones para frenar la escalada del conflicto en Europa del Este.
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