El Comité de Investigación de la Federación de Rusia ha declarado que un reportero cruzó la frontera hacia territorio ruso durante su trabajo informativo. Esta afirmación surge en medio de un clima de tensiones entre Rusia y Ucrania, con ambos países acusándose mutuamente de violaciones de fronteras y actividades no autorizadas. El organismo ruso sostiene que el periodista, cuyo nombre no ha sido revelado, violó las regulaciones fronterizas en lo que describen como un acto de espionaje informativo destinado a desestabilizar la región. Esta denuncia coincide con otros incidentes recientes que han contribuido a agravar las relaciones diplomáticas entre Moscú y Kiev.
No obstante, fuentes cercanas al reportero han manifestado que toda su actividad profesional se desarrolló exclusivamente en Sumy, una región reconocida internacionalmente como parte de Ucrania. Esta afirmación busca refutar categóricamente las acusaciones rusas que, según indican, carecen de fundamento. El medio de comunicación para el que trabaja el periodista respalda su versión, alegando que cuenta con pruebas sólidas de su localización en todo momento. Observadores internacionales expresan preocupación por las implicancias de estos señalamientos en la libertad de prensa, subrayando la importancia de proteger a los periodistas que operan en zonas de conflicto, mientras continúa el tira y afloja diplomático entre ambas naciones.
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