Moscú está ajustando su estrategia militar en respuesta a las crecientes pérdidas de vehículos blindados desde el inicio de su intervención en el conflicto en Ucrania. Con una cifra alarmante de 13.103 unidades perdidas, el Kremlin ha decidido implementar tácticas para preservar estos recursos críticos. Esta nueva dirección busca maximizar la eficacia en el campo de batalla mientras minimiza el riesgo de pérdidas adicionales. Se están priorizando métodos basados en la inteligencia y la movilidad, adaptando las operaciones a un enfoque más defensivo que permite proteger el material blindado de ataques precisos y emboscadas.
El cambio táctico de Moscú refleja una respuesta a las condiciones cambiantes y los desafíos que han enfrentado en las zonas de conflicto. La pérdida significativa de vehículos ha supuesto un problema logístico, además de un impacto en la moral de las tropas. Este reconocimiento de la necesidad de evolución operacional se desarrolla en un contexto de sanciones internacionales y aislamiento diplomático, obligando a Rusia a innovar en sus estrategias militares. Al mismo tiempo, se refuerzan los esfuerzos para reparar y modernizar el equipo existente, buscando mantener su capacidad en el conflicto.
Leer noticia completa en El Mundo.