El gasto militar de Rusia está alcanzando niveles históricos, representando casi la mitad de los ingresos presupuestarios del país. Esta situación ha llevado a Moscú a considerar un significativo aumento de impuestos para paliar las pérdidas económicas derivadas de este desbalance. La administración busca equilibrar las finanzas mientras mantiene sus compromisos de defensa en medio de crecientes tensiones geopolíticas.
A medida que el gasto en defensa sobrepasa otros rubros esenciales, el gobierno ruso enfrenta el desafío de justificar y financiar esta estrategia sin desestabilizar la economía nacional. Analistas advierten que los ajustes fiscales podrían impactar en otros sectores y afectar la actividad económica general. Mientras tanto, la población observa con expectativa las decisiones gubernamentales que definirán el rumbo económico del país en los próximos años.
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