Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos sobre el conflicto en Ucrania parecen avanzar de manera positiva, aunque hay discrepancias respecto al ritmo y eficacia de los diálogos. Si bien el presidente estadounidense, Donald Trump, ha manifestado que la situación podría resolverse pronto, el Kremlin ha matizado estas expectativas, destacando que los avances son lentos debido a la complejidad de los problemas históricos entre las partes. Las tensiones se intensificaron tras un ataque ruso en Sumi, al noreste de Ucrania, que dejó más de 30 muertos, incluyendo menores. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicó que estos procesos de negociación buscan restablecer mínimamente la confianza mutua, a pesar de las recientes acusaciones de violaciones al cese al fuego por ambas partes.
Paralelamente, el agravamiento del conflicto en Sumi ha desencadenado una ola de condenas internacionales. Estados Unidos, a través de su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, calificó el ataque de «cruel» y afirmó que se están haciendo esfuerzos intensos para terminar la guerra. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se sumó a la condena, describiendo el bombardeo durante una celebración pacífica como un acto «bárbaro». Ante estas tensiones, Ucrania y Rusia tienen programada una reunión en Ankara el próximo mes para abordar aspectos específicos del conflicto, mientras que líderes europeos como Emmanuel Macron y Pedro Sánchez continúan apoyando el cese de hostilidades hacia una solución pacífica.
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