Rosamund Pike, reconocida por su papel de Amy Dunn en Perdida, tuvo un inicio complicado en su carrera cinematográfica cuando audicionó para Muere otro día, la última película de James Bond con Pierce Brosnan. Durante el proceso de selección, a Pike le solicitaron que se despojara de su vestido hasta quedar en ropa interior, una exigencia que rechazó firmemente, afirmando que lo haría solo si conseguía el papel. A pesar de negarse a cumplir con esa incómoda petición, sus ejecutivos la escogieron para el papel de la agente doble Miranda Frost, marcando un hito en su carrera.
En el rodaje, Pike enfrentó momentos nerviosos, especialmente durante una escena íntima con Brosnan. Recordando una anécdota divertida, la actriz llevó a confundir una parte de vestuario, creyendo que depilaba al actor con cada abrazo. Afortunadamente, esas experiencias quedaron en el pasado, y hoy cuenta con un notable portfolio en la industria, participando en producciones como I Care a Lot y La rueda del tiempo. Con humor y determinación, Pike ha atravesado un camino lleno de desafíos en su carrera como actriz.
Leer noticia completa en 20minutos.