El Gobierno de Florida, bajo la dirección del gobernador Ron DeSantis, ha anunciado la apertura de un nuevo centro de detención para inmigrantes al norte de la península. Ubicado en una antigua prisión cerca de Jacksonville, el centro será conocido como Deportation Depot y tiene una capacidad inicial para 1.300 reclusos, extensible a 2.000 en un futuro. DeSantis ha destacado que el objetivo del centro será procesar y deportar rápidamente a las personas, no mantenerlas detenidas indefinidamente. Este proyecto se alinea con la retórica antiinmigrante del gobernador y forma parte de su estrategia para apoyar la administración de Donald Trump, que ha prometido masivas deportaciones diarias. El centro, que costará aproximadamente 6 millones de dólares, estará operativo en pocas semanas.
El polémico nombre Deportation Depot se suma al de Alligator Alcatraz, otra instalación similar ubicada en los Everglades, que ha enfrentado críticas por sus condiciones y ha sido objeto de demanda por grupos ambientalistas y la tribu de los Miccosukee. Mientras tanto, el presupuesto récord del ICE aprobado por la reforma fiscal del gobierno federal permitirá ampliar significativamente la capacidad de detención en todo el país. Sin embargo, aumentan las denuncias sobre el trato a los inmigrantes en estos centros, con reportes de condiciones inhumanas y muertes recientes. Activistas como Thomas Kennedy, de la Coalición de Inmigrantes de Florida, critican estas acciones como cacerías injustas de personas valiosas para la comunidad.
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