Enfermedades como el Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) están ganando notoriedad como condiciones que afectan significativamente a las mujeres en España. El Alzheimer, asociado con los cambios hormonales de la menopausia, es solo un ejemplo de cómo ciertas fases biológicas femeninas podrían estar amplificando la vulnerabilidad ante ciertos padecimientos. Por su parte, la ELA, un trastorno del sistema nervioso que compromete las neuronas del cerebro y la médula espinal, también está bajo el radar debido a su progresión en la pérdida del control muscular. A pesar de ser poco conocidas, estas enfermedades exigen atención debido a su impacto silencioso pero grave en la calidad de vida de miles de mujeres.
La ELA, cuyos primeros signos incluyen debilidad muscular y dificultad para realizar tareas cotidianas, afecta mayormente a mujeres, especialmente después de los 70 años. Aunque un pequeño porcentaje de los casos proviene de defectos genéticos, lo cierto es que se desconocen las causas exactas y no existe un remedio específico. Se sabe que el riesgo aumenta con la edad y ciertos hábitos, como fumar, más aún después de la menopausia. Actualmente, los tratamientos están dirigidos a ralentizar la progresión y mitigar los síntomas. En este contexto, la concienciación y el diagnóstico temprano se presentan como las mejores armas para enfrentar una enfermedad que continúa envuelta en incógnitas.
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