La concentración del poder en manos de unas pocas corporaciones tecnológicas se ha convertido en un desafío central para el ámbito digital. Este dominio no solo ha fomentado el capitalismo de vigilancia, con invasiones a la privacidad de los usuarios como modelo de negocio, sino que también ha obstaculizado la transparencia en el uso de algoritmos. Las tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, son vistas como cajas negras en lugar de herramientas abiertas al escrutinio público. En lugar de impulsar la innovación, el enfoque de estas empresas parece estar más en consolidar su control sobre los mercados existentes.
La veterana periodista tecnológica Kara Swisher, quien ha seguido de cerca la evolución de las grandes firmas tech durante casi treinta años, ve posible una regulación que proteja a los usuarios y fomente la innovación. A su juicio, el futuro digital debe ser inclusivo y transparente, en beneficio de todos, no solo de unos pocos oligarcas.
Swisher insiste en que los trabajadores del sector tecnológico deben ser proactivos, expresando sus preocupaciones y apoyando la creación de empresas que prioricen las mejores prácticas éticas. Destaca que un capitalismo sin restricciones puede transformar la tecnología de herramienta útil a arma de control, subrayando la importancia de la legislación antimonopolio para un ecosistema en línea más saludable.
En cuanto a la inteligencia artificial, Swisher advierte que podría ser beneficiosa para muchos o simplemente consolidar el poder de los ya acaudalados. Ella subraya la vitalidad de los pequeños medios de comunicación online para ofrecer un periodismo independiente que desafíe a las corporaciones dominantes, promoviendo competencia y alternativas.
Con una carrera periodística en prestigiosos medios como el Washington Post y el New York Times, Swisher aboga por la transparencia y la responsabilidad empresarial como pilares para un entorno digital más justo. En su perspectiva, la clave para abordar estos retos reside en la implementación de leyes que regulen las prácticas empresariales, asegurando un futuro digital más equitativo y sostenible.