Lucía, la última eliminada del reality show «Gran Hermano», envió mensajes contundentes a sus antiguos compañeros a través de un enlace en directo, tras no poder despedirse en la gala de Halloween debido a falta de tiempo en el programa. La exconcursante centró inicialmente su atención en Laura, hija de la conocida María José Galera, con quien mantenía una relación conflictiva. Durante su intervención, Lucía le recriminó a Laura que «lo único que te he hecho es existir» y le recordó que esta vez no se había salvado de la nominación, sugiriendo un próximo encuentro en el plató. Asimismo, Lucía aprovechó la oportunidad para enfrentar a Óscar, respondiendo a sus críticas anteriores sobre su tiempo dedicado al maquillaje con el comentario de que ahora, sin ese «disfraz», se alegraba de que Maica percibiera su falsedad.
El encuentro en el debate no se limitó a confrontaciones, ya que Lucía también dedicó palabras amables a sus amigas más cercanas en la casa, Maica y Daniela, además de elogiar a Adrián por su «corazón enorme». En contraste, ofreció consejos a otros tres concursantes masculinos: advirtió a Ruvens sobre su aparente miedo a las nominaciones y su uso del grupo para protegerse en momentos críticos, instó a Jorge, el militar del grupo, a ser más auténtico en su conducta, y sugirió a Juan que se involucre más directamente en el juego. Las palabras de Lucía reflejaron no solo la tensión acumulada durante su estancia, sino también una estrategia clara para influir en el rumbo de los acontecimientos dentro de la casa de «Gran Hermano».
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