Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga, intentó reubicar una estatua en el parque Las Palmas, lo que derivó en un conflicto con los procedimientos burocráticos. Desesperado, ordenó mover la escultura con dinero propio. Reconocido por su estilo confrontacional y su lucha contra la corrupción, Hernández enfrentó múltiples conflictos con el sistema de contratación pública. Su insistencia en obtener resultados reflejaba su perspectiva empresarial, pero también llevó a episodios de tensión y críticas por su enfoque populista. Su carrera política finalizó abruptamente con una condena de 64 meses de prisión por corrupción, dejando un legado marcado tanto por sus logros como por sus controversias.
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