En una tarde marcada por el protagonismo de un toro excepcional, el veterano torero de Salteras demostró su maestría al inmortalizar a un ejemplar premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El astado, denominado «Jarocho», capturó la atención del público por su bravura y nobleza, arrancando ovaciones e impulsando al torero a obtener su merecida salida a hombros. Con una elegancia en cada lance y una faena que desbordó arte y emoción, el diestro consiguió que su actuación fuera el punto culminante de una jornada taurina que prometía mucho más.
Por otro lado, el astro peruano vivió una tarde desafortunada, acumulando cuatro avisos entre silencios y sin lograr conectar con el exigente público. A pesar de su renombre y de las grandes expectativas, sus faenas no consiguieron remontar el ambiente gris que predominó durante sus actuaciones. Los aficionados, esperanzados al inicio del evento, miraron con decepción cómo se desvanecía la oportunidad de presenciar una tarde histórica por parte del torero sudamericano. Mientras tanto, el indulto del toro y el éxito del diestro local reafirmaron el prestigio de Salteras en el mundo taurino.
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