En una tarde de gran expectativa, el torero se destacó al cortar tres orejas, consolidando una actuación marcada por su comprometida entrega en el ruedo. La corrida, celebrada con ejemplares de Victoriano del Río, fue un escaparate de habilidad y pasión, donde el matador mostró una sólida ambición frente a un lote de toros de extraordinaria importancia. La conexión con el público fue evidente, explorando cada faceta de su técnica con precisión y valentía.
Este evento taurino resaltó no solo por la calidad del ganado, sino también por la capacidad del torero para adaptarse a las exigencias del momento y capitalizar cada embestida. Su desempeño le valió el reconocimiento del respetable, que correspondió con ovaciones ensordecedoras, celebrando su maestría en el arte del toreo. Sin duda, una tarde memorable que quedará grabada en el ambiente taurino por la entrega y destreza demostradas en el ruedo.
Leer noticia completa en El Mundo.