El reciente rechazo del decreto ómnibus en el Congreso ha generado tensiones dentro del Gobierno español. El ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, ha manifestado su desacuerdo con la exclusión de ciertas medidas clave del decreto, que incluía propuestas como la revalorización de las pensiones, ayudas al transporte público y la prohibición de desahucios a personas vulnerables. Urtasun ha subrayado la necesidad de que el Ejecutivo resuelva la situación rápidamente sin caer en «tacticismos», instando a llevar nuevamente las medidas al Consejo de Ministros y negociar intensamente con los grupos parlamentarios para asegurar su aprobación. Ha señalado la «irresponsabilidad» del PP y el «mensaje» de Junts como factores del rechazo, y ha hecho un llamado a estos partidos para clarificar los puntos de desacuerdo.
Por otro lado, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha insinuado que podría ser necesario sacrificar algunas de las medidas para asegurar la aprobación de otras, destacando la importancia de «articular mayorías». Mientras tanto, Urtasun ha insistido en que el problema radica en un uso excesivo del tacticismo político, que, a su juicio, ha impedido una evaluación objetiva del contenido del decreto. En este contexto, el Gobierno enfrenta el reto de maniobrar en un entorno parlamentario polarizado, en el cual la rapidez y efectividad en la negociación con las distintas fuerzas políticas se tornan esenciales para avanzar en áreas cruciales para el bienestar social.
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