En un giro significativo en su postura sobre la inversión en defensa, el Gobierno ya no descarta aumentar su presupuesto militar. Este cambio en el discurso fue evidente tras la última reunión de la OTAN, donde la ministra del ramo destacó la posibilidad de reconsiderar los límites actuales de gasto, aunque matizó que «falta mucho para entonces». Esta nueva actitud refleja una apertura a las presiones internacionales para fortalecer las capacidades defensivas, adaptándose a un contexto global de creciente inestabilidad.
La reevaluación de la política de defensa llega en un momento crucial para España, en un entorno donde la seguridad colectiva es un tema de creciente relevancia. La ministra, aunque cauta en sus declaraciones, sugirió que la decisión del Gobierno no es inmediata, sino que se inscribe en un proceso de consideración a largo plazo. Este cambio puede implicar futuras discusiones parlamentarias y ajustes presupuestarios a medida que se evalúan las prioridades nacionales frente a los compromisos internacionales.
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