El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., sorprendió al destituir a los 17 miembros del comité científico que asesora a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en el uso de vacunas. En un artículo en The Wall Street Journal, Kennedy justificó la medida como necesaria para recuperar la confianza del público en la ciencia de las vacunas. Según él, la desconfianza actual no solo surge de la desinformación, sino también de conflictos de intereses y falta de integridad en las agencias reguladoras. La decisión dejó fuera a miembros designados durante la presidencia de Joe Biden, y fue duramente criticada por la comunidad médica, que la considera dañina para la confianza pública y la salud nacional.
El cambio ha generado inquietud sobre la imparcialidad de futuras decisiones en materia de salud. Bruce A. Scott, presidente de la Asociación Médica Estadounidense, expresó su preocupación por el impacto que esta decisión podría tener en la prevención de enfermedades. Mientras tanto, Georges Benjamin, de la Asociación Americana de Salud Pública, calificó la destitución como “un golpe de Estado” que contradice las promesas de Kennedy al Congreso y al público. La comunidad médica y asociaciones de salud pública han manifestado su intención de vigilar de cerca las acciones del nuevo secretario, alertando sobre el riesgo de un aumento en la propagación de enfermedades prevenibles debido al debilitamiento de la guía experta en materia de vacunas.
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