Íñigo Errejón, hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso, presentó su dimisión tras ser acusado de violencia machista por varias mujeres, hecho que marca un posible inicio del movimiento MeToo en la política española. Cristina Fallarás, periodista, fue la primera en presentar una denuncia a través de las redes sociales, describiendo a Errejón como «un maltratador psicológico». Esta acusación se ha visto respaldada por al menos otras cuatro mujeres, quienes han decidido mantenerse en el anonimato por el momento. La situación ha generado una intensa atención mediática y un debate sobre el comportamiento en las esferas políticas, sugiriendo que podría haber más casos similares aún sin salir a la luz. La decisión de Errejón de dimitir es vista como un intento de mitigar el impacto político y social de las acusaciones.
El contexto personal del político también ha sido examinado. Rita Maestre, quien tuvo una relación de cinco años con Errejón, fue mencionada por él en su tesis como una figura de apoyo durante su carrera. Otras figuras femeninas vinculadas a Errejón, como la periodista Glòria Mena, han mostrado su postura crítica hacia comportamientos machistas en el ámbito político, amplificando el mensaje en redes sociales tras las denuncias. Además, la actriz Elisa Mouliaá ha declarado públicamente ser víctima de acoso sexual por parte de Errejón, convirtiéndose en la primera en iniciar este movimiento contra el ex portavoz. El escenario político enfrenta ahora un desafío significativo al manejar estas serias acusaciones mientras busca fortalecer las medidas de apoyo y prevención contra la violencia de género en la política.
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