En el ámbito tecnológico, una noticia resonante ha capturado la atención: los chips basados en RISC-V han alcanzado una penetración de mercado superior al 25%, superando las expectativas de los analistas por varios años. Esta información, adelantada por RISC-V International en LinkedIn, será explorada en profundidad por el SHD Group durante el RISC-V Summit North America que se celebra entre el 21 y el 23 de octubre.
Un factor clave en este avance es la aplicación de Edge AI, que incluye inteligencia artificial en dispositivos locales como sensores y nodos que procesan datos sin recurrir a la nube. Este uso, junto con la rapidez de desarrollo posibilitada por una ISA (arquitectura de conjunto de instrucciones) abierta y sin royalties, está impulsando la adopción en sectores como IoT, automoción, y centros de datos especializados.
RISC-V destaca por su estándar abierto, lo que permite a cualquier empresa implementar y personalizar el conjunto de instrucciones sin pagar licencias. Esto no solo reduce costes, sino que también refuerza la soberanía tecnológica, aliviando la dependencia de un único proveedor. Aunque ARM, el competidor tradicional, mantiene su modelo basado en licencias y soporte técnico, el avance de RISC-V amplía el campo de juego, permitiendo mayor personalización en el diseño de hardware.
Las cifras proyectan un futuro prometedor: más de 20,000 millones de unidades para 2031 y más de 2,000 millones de dólares en ingresos por IP. Este crecimiento está liderado por empresas como Google y AWS, con sus contribuciones al desarrollo de herramientas y ecosistemas de RISC-V. Incluso la NASA muestra interés por su aplicabilidad en proyectos aeroespaciales y de defensa.
El Summit en Santa Clara promete abordar casos de uso relevantes, como la IA en el borde y nuevas soluciones de seguridad. Sin embargo, RISC-V enfrenta desafíos como la necesidad de maduración en software de alto rendimiento y certificaciones en sectores críticos como automoción. La cuestión de la fragmentación por extensiones propietarias también está en el foco, ya que podría debilitar la propuesta de valor de RISC-V.
La convivencia con ARM se perfila como el escenario más plausible a corto plazo, con ARM manteniendo su dominio en móviles y servidores generalistas, mientras RISC-V sigue ganando terreno en IoT y aplicaciones especializadas. La expansión del mercado asegurará que, en lugar de un ganador absoluto, las aplicaciones dictarán el uso de una ISA u otra.
La expectativa es clara: RISC-V está listo para dejar de ser solo una promesa y consolidarse en el despliegue real en diversos sectores, con un periodo crítico entre 2025 y 2027 donde se probará su capacidad para integrar SoCs más complejos y productos de mayor volumen.
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