Con la llegada inminente del verano, las altas temperaturas ponen en alerta a aquellos con enfermedades cardiovasculares. Gonzalo Navarrete, destacado cardiólogo de la Policlínica Gipuzkoa, ha lanzado una advertencia crucial: «El golpe de calor no solo afecta el sistema nervioso central, sino que puede desencadenar emergencias cardíacas como arritmias o infartos».
Este fenómeno ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, con consecuencias potencialmente devastadoras. Si la temperatura corporal supera los 40°C, el daño a órganos vitales es inminente, siendo el sistema nervioso central y el cardiovascular los más afectados, pudiendo provocar hipotensión, arritmias e incluso shock.
Los pacientes cardíacos son particularmente vulnerables. Navarrete explica que «la insuficiencia cardíaca y medicamentos como diuréticos o antihipertensivos incrementan el riesgo de deshidratación y desequilibrios electrolíticos, reduciendo la tolerancia al calor y agravando condiciones preexistentes». Por ello, resalta la importancia de la prevención para evitar complicaciones graves en días calurosos.
Los síntomas iniciales de un golpe de calor son inespecíficos: dolor de cabeza, mareo, náuseas y sed. Sin embargo, si no se detectan a tiempo, pueden surgir señales de alarma como desorientación y fiebre elevada. La detección oportuna es clave para evitar complicaciones serias, insiste el doctor.
Entre sus recomendaciones preventivas, Navarrete sugiere evitar la exposición solar intensa durante las horas pico, mantener una buena hidratación, usar ropa ligera, protegerse con sombrero y gafas, y ajustar la medicación siguiendo las indicaciones médicas durante el verano.
El ejercicio, componente vital en el manejo de enfermedades cardíacas, debe realizarse con prudencia. El cardiólogo aconseja practicarlo a primera hora de la mañana o al atardecer, evitar el calor extremo, hidratarse adecuadamente y adaptar la intensidad del ejercicio.
Durante las olas de calor, quienes toman medicación para el corazón deben estar especialmente atentos. La deshidratación y alteraciones electrolíticas son amenazas reales, por lo que se recomienda controlar la presión arterial y consultar al médico ante cualquier inquietud.
Finalmente, el Dr. Navarrete enfatiza que, aunque el verano es para disfrutar, es crucial hacerlo de manera responsable. «Con sentido común y precaución, es posible disfrutar del verano de forma segura y saludable», concluye.