En el horizonte del 2025, el diseño y la fabricación de chips especializados para sectores estratégicos como la automoción, la electrónica industrial y el Internet de las Cosas (IoT) se vislumbran como una de las tendencias tecnológicas de mayor impacto, según las previsiones del centro tecnológico Eurecat. El impulso en este ámbito responde a la necesidad de reforzar la competitividad y la resiliencia europeas en un sector crucial, conforme a la Ley Europea de Chips. Esta legislación busca cimentar un entorno robusto para los semiconductores, en una era donde las transiciones digital y verde se tornan apremiantes.
En paralelo, la inteligencia artificial generativa continuará siendo un pilar de innovación tecnológica, expandiendo nuevas aplicaciones en campos que requieren creatividad, mientras se integra cada vez más con la robótica y la computación cuántica. Según Joan Mas, director científico del Área Digital de Eurecat, la AI agentiva se perfila como una subdisciplina emergente dentro del ámbito de la inteligencia artificial. Estos agentes autónomos asistirán en la toma de decisiones complejas con mínima intervención humana, marcando un preludio hacia la tan anhelada inteligencia artificial general.
En el ámbito biotecnológico, las tecnologías de fermentación de precisión están generando un renovado interés empresarial, catalizadas por la creciente demanda de proteínas y alimentos funcionales. Francesc Puiggròs, director científico del Área de Biotecnología de Eurecat, subraya que esta tecnología ancestral se reinventa para mejorar las características organolépticas y nutricionales de los alimentos, al tiempo que se beneficia de la eficiencia operativa.
En una vena complementaria, las tecnologías dirigidas a la protección y potenciación del capital natural están cobrando importancia. Con herramientas como la inteligencia artificial, el blockchain, y las imágenes satelitales, estas innovaciones buscan preservar y mejorar recursos naturales esenciales para la humanidad, un esfuerzo necesario para un futuro sostenible, según Miquel Rovira del Área de Sostenibilidad de Eurecat.
La industria observa con interés el desarrollo y adopción de manipuladores móviles, una tecnología que fusiona movilidad robótica con la destreza de los brazos robóticos, proyectando su uso en sectores como el automotriz y el aeroespacial para mejorar la eficiencia operativa. La aplicación de esta tecnología refleja una tendencia hacia la automatización en entornos complejos, prometiendo una revolución en los métodos de producción y mantenimiento.
Finalmente, con la inminente entrada en vigor de la regulación europea de inteligencia artificial (IA Act), se anticipa la necesidad de certificar las aplicaciones de IA que se comercialicen en Europa. Joan Mas destaca que la creación de organismos destinados a said función, como la reciente Agencia Española de Inteligencia Artificial, es un paso decisivo hacia la estandarización y aseguramiento de la calidad en la inteligencia artificial. Este marco regulador ofrecerá una base sólida para avanzar hacia un futuro donde la tecnología transforme positivamente múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana y empresarial.