Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado una novedosa mano robótica llamada ManoPla, diseñada para potenciar la comunicación gestual y favorecer la interacción social entre humanos y robots. Este proyecto innovador ha sido gestado por el Centro de Automática y Robótica (CAR), una colaboración entre la UPM y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
ManoPla se caracteriza por su diseño inspirado en una mano humana, ligera y capaz de transmitir énfasis, sentimientos y emociones de manera natural. El prototipo cuenta con 17 articulaciones controlables y cuatro pasivas. Cada dedo es operado por motores siguiendo el modelo del astronauta humanoide Robonaut, mientras que el pulgar controla sus cuatro articulaciones y la palma puede curvarse. Este diseño permite que los robots de asistencia y guía mejoren significativamente su capacidad de comunicación no verbal.
En el ámbito de la robótica social, la comunicación gestual es tan crucial como la verbal para una interacción amigable y efectiva con los humanos. Ejemplo de ello es Hidalgo, el robot social humanoide desarrollado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial (ETSIDI) de la UPM, para el cual se creó una mano robótica con movilidad humana. Los ensayos y desarrollos en este campo han mostrado un gran potencial, como refleja la publicación de sus avances en la revista International Journal of Social Robotics.
ManoPla, aparte de sus 17 articulaciones controlables y cuatro pasivas, integra sistemas de actuación y control propios, utilizando un microcontrolador para regular movimientos y procesar información. Los desafíos de espacio dentro del dispositivo han sido superados mediante soluciones mecatrónicas que integran mecánica, electrónica y programación. La estructura incluye una placa electrónica con sensores integrados y adaptaciones específicas para la mecánica de los dedos.
El proceso de ingeniería detrás de ManoPla ha sido exhaustivo, optimizando los ciclos de ejecución del microcontrolador y controlando las frecuencias de procesamiento. La apariencia externa de ManoPla no es solo estética; cada componente está diseñado para desempeñar funciones mecánicas internas, logrando una sinergia entre forma y función.
En total, ManoPla tiene un peso de 250 gramos, con 17 motores y sensores, 22 articulaciones, y un sistema de control que, aunque carece de batería, está diseñada para funcionar con la energía proporcionada por el brazo robótico al que se acople.
Este desarrollo apunta hacia un futuro donde la interacción entre humanos y robots sea más natural y eficiente, abriendo nuevas posibilidades en el campo de la robótica social.